Hay que echarlos

Ayer vimos en Sevilla una de esas imágenes que parece más propia del siglo pasado que de este, pero seguimos asistiendo a escenas como esta. Ante un mal momento deportivo de un equipo como el Sevilla, en una ciudad tan caliente como esa, un grupo de aficionados ultras, de los denominados biris, se presentó en el entrenamiento del Sevilla como si fueran el mismísimo consejo de administración. Yo creía que eran el presidente y los directivos para hablar con la plantilla. Una imagen que ya hemos visto otros años, en entrenamientos del Atlético y de otros clubes, ahí encapuchados, ahí presentándose, en este caso el empleado de seguridad que había ahí poco pudo hacer para impedirles el paso.

¿Qué tenemos que hacer para dejar de ver estas imágenes tan bochornosas? Qué imagen tan lamentable la que se da de nuestro de fútbol, un grupo de ultras pidiendo explicaciones a los jugadores, muchos de los cuales, casi siempre por miedo, se dedican a hacerle guiños y a regalarles alguna que otra camiseta, imagino que para que luego les dejen en paz en los partidos. Es algo contra lo que es difícil acabar, imagino que lo primero que hay que hacer es cambiar las leyes, de qué le vale al Sevilla impedir que uno de estos entre o se presente en el entrenamiento si mañana no le va a pasar nada. ¿Qué tenemos que hacer para demostrarles a esta gente que esto es fútbol? Que los directivos tienen que dedicarse a gestionar un club, los jugadores a jugar, y los aficionados a animar, no a coaccionar ni amedrentar.

Hay que echar a esta gente del fútbol, y si tienen que estar en prisión o en el calabozo mientras se juegan los partidos, como ocurrió en sus años en la Premier, habrá que hacerlo, pero hagan algo. Que se nos llena la boca a todos y nadie hace nada.