El desplante inútil
Sorprenden las puyas entre un Junqueras encarcelado y un Puigdemont prófugo, pero todavía asombran más los últimos cruces de patadas en la espinilla entre Iceta y Arrimadas. ¿Qué pretenden con tan estúpida estrategia?
¿Hace falta, a estas alturas del partido, que insistamos ante ustedes en la
enorme importancia de las elecciones de mañana? Pues parece que los
políticos todavía no se han enterado y han vuelto a sacar, en las últimas
horas de campaña, los peores vicios de su profesión, que son, precisamente,
el gran motivo del desencanto de los ciudadanos hacia la política.
Es para echarse a llorar ver a señoras y señores tan formados e informados como
los candidatos al Parlament, máxime en este momento trascendental, cómo
se olvidan de lo principal, que no es otra cosa que lograr la suma de votos
que permita salir de este pantano viscoso y nauseabundo, a cambio de
conseguir una pírrica subida para el propio partido, aun sabiendo, como
saben, que lo importante es el conjunto.
Sorprenden las puyas entre un Junqueras encarcelado y un Puigdemont prófugo, pero todavía asombran más los últimos cruces de patadas en la espinilla entre Iceta y Arrimadas. ¿Qué pretenden con tan estúpida estrategia? Quizá Ciudadanos consiga más votos que el PSC o los socialistas se acerquen un poco más al partido
naranja y se vayan más lejos del PP. ¿Y? ¿Para qué habrá servido tanto
ingenioso desplante? Si nadie consigue los 68 escaños para gobernar,
habrán hecho un pan como una torta. Desconocen el viejo dicho de que
entre bomberos no debemos pisarnos la manguera.