Es que son muchos, muchísimos

Vamos a ver si llegamos al final de este Ojo sin pelearnos. Se trata, únicamente, de reforzar algo que ya dijimos la semana anterior y para lo que nos habíamos servido de la sencilla calculadora del móvil, instrumento científico al alcance de cualquier pelanas. Pero si no conseguimos encarar la realidad de Cataluña, asumir los datos aritméticos indiscutibles que están delante de nuestros ojos, y que al final no son más que un exacto reflejo de la sociedad, pertinaces como un martillo pilón, nunca sabremos tomar las decisiones acertadas para salir de este embrollo que nos tiene comido el entendimiento y rota la vida. Ni tan siquiera vamos a ver quién ganará las elecciones. Quedémonos, insistimos, en la radiografía que ofrecen los sondeos. De nuevo sumen los escaños posibles de los independentistas, que se quedarán, o eso dicen, en 67. Así, a bulto, dos millones de ciudadanos. He ahí la primera madre del cordero, porque la criatura tiene dos, y es que son muchos, muchísimos; señoras, señores, jóvenes, abuelos y hasta militares sin graduación. La segunda madre es también muy significativa: son más que los constitucionalistas, 60 escaños, y los pimpollos de Podemos y sus socios, 8, no nos engañemos, están más próximos a aquellos que a estos. ¿Somos conscientes de esta cristalina realidad? Sea bueno, malo o regular. Pero tan abrumadoramente cierta como la ciclogénesis explosiva.