"El independentismo catalán ha utilizado todas las estrategias del populismo"
Incorporamos a la tertulia a Máriam Martínez-Bascuñán, que acaba de publicar ‘Populismos’, y analizamos con ella este término tan en boga
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Blanca Blay (ACN)
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Madrid
La doctora en Ciencia Política, Máriam Martínez-Bascuñán, ha tratado, junto a Fernando Vallespín, de actualizar la definición de populismo –“tomando conciencia de cómo se ha convertido en un arma arrojadiza”-, de adaptar su descripción a la coyuntura contemporánea, en un libro, Populismos, con una tesis fundamental, según la autora: “el populismo no causa la crisis de la democracia sino que es una consecuencia de las deficiencias de los sistemas democráticos”. Siguiendo esta línea, Martínez-Bascuñán ha defendido en Hoy por Hoy, que el populismo no se puede considerar una ideología, sino “una forma de construcción política, una respuesta casi emocional que se canaliza a partir de una estrategia de construcción de lo político con un nosotros definido en oposición a un adversario”. En su opinión, ninguno de los grandes partidos españoles se puede considerar populista. “Ni siquiera Podemos se puede definir como partido estrictamente populista. Vistalegre II marca un punto de inflexión, pierde esa transversalidad y se efectúa un repliegue hacia un electorado que pertenece a una izquierda más escorada. Ciudadanos técnicamente no es un partido populista, aunque pueda tener tics populistas: no niega el pluralismo, no niega la democracia liberal, no opera construyendo bloques. Susana Díaz también tiene tics populistas pero no pertenece a un partido populista”, ha defendido Martínez-Bascuñán que, por el contrario, sí cree que los independentistas catalanes han desplegado todas las estrategias del populismo. “El independentismo ha utilizado todas estas estrategias: negar el pluralismo, defender que el auténtico pueblo lo representamos nosotros, situar el referéndum en el lugar central de la definición que mantienen de democracia, apelar a la emoción, un elemento de postverdad, como esta sensación de vivir en realidades paralelas”.
"Ni siquiera Podemos se puede definir como partido estrictamente populista"
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Para la politóloga, el populismo no plantea “una guerra de ideas”, sino que se trata más de una “estrategia que tiene que ver con la movilización política y con la confrontación de diferentes visiones del mundo, de fracturas sociales como la generacional, la fractura campo-ciudad, y que explican, en su opinión, la victoria de Trump en Estados Unidos. Máriam Martínez-Bascuñán ha expresado, además, su preocupación no ante el avance de partidos populistas, sino ante la errónea, en su opinión, reacción a esta realidad de los partidos que ella califica como sistémicos, de los partidos tradicionales. “No existe una alternativa viable a los populistas que esté confrontando estas estrategias. Los partidos sistémicos han reaccionado utilizando el populismo como arma arrojadiza y estableciendo una división: los demócratas frente a los antidemócratas, sin hacer autocrítica”.