Siempre nos quedará Casablanca
En 'Matinal SER' celebramos los tres cuartos de siglo de una de las películas más valoradas y queridas de todos los tiempos
Madrid
You must remember this: Casablanca (Michael Curtiz, 1942) no es un clásico más, es el clásico para una inmensa mayoría de críticos y cinéfilos. Un largometraje que consiguió ser profeta en su tiempo, ganador de tres premios Óscar: mejor guion adaptado, mejor director y mejor película. Aquel fue un buen cimiento para consolidar la que ha acabado siendo de una de las obras cinematográficas más populares del siglo XX. De hecho, es la reina de la reposiciones en la televisión estadounidense. Además, infinidad de salas celebran este fin de semana en todo el mundo el cumpleaños de su estreno proyectando la cinta en versión original y en blanco y negro (porque circula una controvertida versión coloreada de hace tres décadas).
Un éxito indiscutible... que jamás imaginaron sus creadores. Casablanca fue estrenada en el Teatro Hollywood de Nueva York el 26 de noviembre de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, como una película más de la propaganda bélica de la época, una de tantas. En aquellos días se quiso hacer coincidir su estreno con la invasión de las tropas aliadas de la costa norafricana y la captura de la ciudad de Casablanca. Se trata, además, de la adaptación de una obra de teatro que jamás vio la luz, titulada Todos vienen al café de Rick (Everybody comes to Rick’s). Nada hacía presagiar semejante pelotazo.
El resto es Historia del Cine: la química entre Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, la primera canción universal que exportó Hollywood (As time goes by) y, posiblemente, el mejor remate de guion (Luis, creo que este es el principio de una gran amistad). Es una película eterna, imprescindible, pero no hacemos más spoiler por si eres joven y te quieres dejar atrapar, en medio de la niebla, por un avión despegando del aeropuerto de Casablanca en el que "siempre nos quedará París".