Reformarse o morir
El miedo al cambio, los intereses partidistas y el adanismo han impedido hasta ahora la reforma de la Constitución. Y así seguimos, paralizados. Rajoy vuelve a decir que las propuestas que escucha son ideas vagas. ¿Qué tal si toma la iniciativa?
Varios dirigentes del PP y de Ciudadanos insisten últimamente en decir que no hay que reformar la Constitución para dar satisfacción a los independentistas. Una constitución no debe pretender dar satisfacción a ningún grupo concreto pero sí debe organizar la convivencia de la mejor manera posible en cada momento de la historia. Que es lo que se hizo en el año 78, viniendo de una dictadura para dotarnos de una democracia. Fueron circunstancias entonces absolutamente excepcionales que consiguieron un consenso casi total. La dificultad de conseguir aquel consenso se esgrime ahora como argumento para darle largas a la reforma de la Constitución. Pues bien, les traigo dos reflexiones del jurista Santiago Muñoz Machado que con otros 9 catedráticos de Derecho Constitucional han tomado la iniciativa de presentar ideas para esa reforma. Lo han hecho por deber cívico y al margen de los partidos.
Ideas sencillas y claras que Muñoz Machado ha explicado en la SER, en Hora 25. Una y la primera, que la mejor manera de garantizar la supervivencia de una Constitución es reformarla cuando toca. Y ahora toca: “Hemos apreciado desde hace ya muchos años que el sistema de autonomías territoriales en España no estaba bien regulado en la Constitución. Contando con que la regulación establecida no era la mejor y considerando que, además, con el paso del tiempo los materiales de que estaba compuesta esa regulación pues se han fatigado por el uso. Y que hemos descubierto también más deficiencias cuando lo hemos aplicado en la práctica, pues evidentemente el sistema necesita una reforma. Quien no sostenga esto en los términos más rotundos es que no ha estudiado bien los términos del problema que es muy grave”.
Y dos, que si se pretende abrir todo en canal y además conseguir consensos máximos, no se hará nada: “Si se abre el melón, el famoso melón, pues no se sabe si se va a plantear además de la reforma del Título VIII pues algún problema de la República. Bueno, nosotros hemos dicho en ese documento y creemos que si nos ponemos así jamás se reformará nada. Y que lo que hay que alcanzar no es un consenso absoluto sino las mayorías necesarias, o dos tercios o dos quintos, que según la Constitución hacen falta para reformarla”.
Reformarse o morir y ser pragmáticos para organizar la mejor manera de vivir juntos. Parece sencillo, ¿verdad? Pues hasta ahora el miedo al cambio, los intereses partidistas, y el adanismo lo han impedido. Y así seguimos, paralizados. Y aunque Rajoy se comprometió con Pedro Sánchez en facilitar esta reforma hoy en una entrevista en el diario italiano La Repubblica el presidente del gobierno muestra un entusiasmo perfectamente descriptible. Vuelve a decir que las propuestas que escucha son ideas vagas. Las propuestas que escucha, ¿y cuál es la suya? ¿Qué tal si toma la iniciativa?