María Moliner, la gran olvidada por la RAE

Valladolid

"El diccionario de la RAE representa la autoridad", decía María Moliner, historiadora, bibliotecaria y filóloga. Una mujer empeñada en crear un diccionario, el del Uso del Español, que tanto hemos consultado generaciones y generaciones, con un único objetivo: facilitar y enseñar la lectura a una España que luchaba por salir de la incultura en los años 30.

La cineasta y documentalista aragonesa, Vicky Calavia, ha dirigido María Moliner, tendiendo palabras, una película documental que se ha presentado en la Seminci de Valladolid y que recuerda la figura de Moliner; no solo como creadora de este diccionario, del que García Márquez llegó a decir que era mejor que el de la RAE; sino también como mujer, como republicana, como librepensadora, que trató de alfabetizar a un país. "Hizo tanto durante la Segunda República en favor de la cultura … la llevó a los pueblos más desfavorecidos, a los analfabetos. Participó en las misiones pedagógicas, en la creación de la red de bibliotecas españolas… en tantas cosas”, decía la directora en una entrevista con la SER.

"Cualquier libro, en cualquier lugar, para cualquier persona", era la frase que definía la vocación de María Moliner y tantos y tantos maestros y pensadoras republicanas, que se enarbolaron en la Institución Libre de Enseñanza, o se dedicaron a la educación y la cultura, muchas veces sin un cariz económico.

“La edad dorada del cine, de la literatura... de todo fue la segunda república. Luego ha habido 40 años de nada. Era una España muy dura. Y superar eso es muy complicado. Ese nivel de amor a la cultura y de desprendimiento y de generosidad, de gente librepensadora que solo eran personas que amaba la cultura y que pensaba que nos hacían más libres, eso se ha acabado en España, aunque haya conatos de gente que quiere resucitar eso, sobre todo gente de la educación”, lamenta Calavia.

La cinta restaura la memoria de una de las mujeres más importantes de las letras hispanas, castigada por el franquismo, dictadura que quemó bibliotecas y prohibió libros, castigada también por la Real Academia Española, que se olvidó de ella, se acordó a finales de los 70 cuando ya estaba a punto de morir. Entonces María Moliner, enferma, decidió rechazar el nombramiento.

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 “Buscar el rastro de las personas del siglo XX es muy complicado, pero si era mujer es imposible, porque no existe, no hay documentación de ellas. Son personajes a rescatar, pero eso requiere mucho tiempo de investigación y mucha voluntad, y faltan iniciativas así”, explicaba esta cineasta, empeñada en rescatar a las mujeres españolas de aquella etapa, como Las Sinsombrero, las mujeres de la generación del 27 o cineastas y guionistas olvidadas. El nombre de las mujeres queda borrado de la historia, como si la labor de María Moliner en favor de la lectura y la lengua no hubiera tenido lugar.