¿Mejor sin contrarios?

Madrid

Nuestro viejo tiempo, el de la dictadura, nos educó para creer que había buenos y malos, un mundo sin matices. La democracia es el reino del respeto por lo que dice el otro que es contrario a nuestras ideas. Con las ideas ajenas, nos enseñó tu oyente Emilio Lledó, nos hacemos una idea cabal del mundo. Pero hemos regresado a los tiempos en que se prefería que no existieran los contrarios. Mal tiempo, José Antonio.