Una semana de vértigo

Madrid

Hola de nuevo, viernes, último día de una semana que, excepcionalmente, comenzó el domingo con la celebración en Catalunya del referéndum suspendido por el Constitucional y que termina hoy con la sensación de que la tensión se ha rebajado unos cuantos grados.

En medio hemos tenido la digestión de lo ocurrido, un llamado paro de país, que volvió a sacar a la calle en Catalunya a decenas de miles de personas, la suspensión por parte del Constitucional del pleno del Parlament del lunes, en el que supuestamente se iba a declarar la independencia, la declaración en la Audiencia Nacional del máximo responsable de los Mossos y de las dos grandes asociaciones independentistas por los hechos sucedidos tras la detención, el día 20, de algunos altos cargos de la Generalitat y la marcha de Catalunya de los dos grandes bancos catalanes y otras empresas importantes.

Casi nada para una semana de vértigo que cerramos hoy con la sensación de que la pasión y la emoción han dado paso a la realidad, traducida, sobre todo, en que cinco días después no solo no se ha producido la tan anunciada declaración unilateral de independencia, sino que cada vez hay más señales que no invitan a pensar que quizás no se produzca en los términos que pensábamos hace tan solo cinco días.

La palabra diálogo va ganando terreno, aunque la condición para ello no parece fácil, que ambas partes lo quieran y, sobre todo, que una de ellas vuelva a la legalidad. De momento el lunes no va a haber pleno en el Parlament tras la suspensión por parte del Constitucional y el martes el president Puigdemont ha pedido una comparecencia, esperamos que en este plazo se aclaren las cosas porque esta situación se ha vuelto ya insoportable.