Pues podrán votar, en junio

La televisión estatal de Arabia Saudí anunció ayer que a partir de junio del próximo año dejará de estar prohibido que las mujeres saquen el permiso de conducir y que puedan guiar un automóvil por las calles. Dicho así parece algo irreal. Es absurdo que exista un país en el mundo donde esté prohibido que las mujeres conduzcan y es surrealista que además haya que esperar hasta junio para levantar esa prohibición. Pero estamos hablando de Arabia Saudí, un país al que la comunidad internacional le ha permitido siempre negar sus derechos a la mitad de su población, mantener a las niñas y a las mujeres en un estado de esclavitud, sin libertad y colocadas siempre bajo el dominio jurídico de un hombre, así que cualquier pequeña rendija, cualquier mínimo cambio, debe ser acogido con una victoria. Conste que a Arabia Saudí se le ha consentido un régimen de esclavitud tan evidente simplemente porque tiene mucho petróleo y que el maltrato a que somete a sus mujeres no tiene nada que ver con el hecho de que sea un país musulmán, sino con que el poder está, y ha estado siempre, en manos de un puñado de familias que se imponen basándose en la secta más fanática de su religión, el wahabismo.

En fin. Si los clérigos no consiguen cambiar esta decisión antes de junio próximo, las mujeres saudíes podrán conducir. Aleluya. Ahora solo falta que esa rendija se extienda y que no se les obligue a llevar la cara completamente tapada, que no estén obligadas a llevar a su lado un guardián, que no tengan que pedir permiso para ir al médico que quieran o que puedan viajar sin que sus padres, hermanos, maridos, hijos, cuñados, sobrinos o primos tengan algo que decir al respecto.