La crítica feminista de Kechiche
El director de 'La vida de Adèle' escandaliza en Venecia a la crítica tradicional, que le acusa de machista, por 'Mektoub' una película sensorial, que habla del deseo y despertar sexual de un grupo de jóvenes, de distintos orígines, en la Francia todavía no xenófoba de los 90
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CEDIDA
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Venecia
Después de ganar la Palma de Oro en Cannes con La vida de Adèle, el director franco tunecino, Abdellatif Kechiche, ha estrenado en el Festival de Venecia su nueva película, Mektoub, una cinta autobiográfica que retrata el deseo y el amor en la adolescencia. Kechiche, con una magnífica puesta en escena y una narración visual en la línea de su anterior filme, nos introduce en el verano de un grupo de jóvenes en un pueblo costero francés. Entre baños, fiestas y trabajo, conviven los que vuelven de la capital, las turistas y un grupo de chicos de origen tunecino. Son los años noventa y el estallido del racismo y la islamofobia no habían estallado en Francia.
Rodada con realismo, la cinta ha sido abucheada por su exceso de cuerpos desnudos femeninos. Es cierto que lo hace, como ya ocurría en La vida de Adèle. El director tiene una mirada escópica, que diría la teórica Laura Mulvey, y se detiene en el cuerpo de la mujer y no en el del hombre. Sin embargo, no es nada que otros reconocidos cineastas no hagan o hayan hecho. Kechiche propone una historia de iniciación, pero también un modelo de convivencia entre distintas religiones y culturas que supone toda una pulla a la situación de polvorín que hoy, Francia y toda Europa, tienen en sus sociedades.