El profundo descontento de los jueces

El acto de apertura del Año Judicial suele ser una ocasión para pasar revista al funcionamiento de la Justicia en España. En la ceremonia celebrada ayer se habló, sin embargo, mucho más del papel que debe jugar la justicia en la exigencia del respeto a la ley en Cataluña. Parece lógico, dada la decisión de los independentistas catalanes de celebrar en fechas muy próximas un referéndum considerado ilegal por todas las instancias judiciales del país.

Es, sin embargo, una pena que el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, dedicara tan poco tiempo a resaltar los graves problemas que sufre la administración de Justicia en toda España. El poder judicial, dijo el presidente del Consejo General, es único, fuerte e independiente. Único e independiente puede ser, pero fuerte desde luego que no, si se hace caso al comunicado emitido ayer mismo, de manera excepcional, por las cuatro asociaciones de jueces que existen en España.

Con una única voz, los jueces recordaron al señor Lesmes que “ni el Consejo General del Poder Judicial ni el ministerio de Justicia han impulsado ni acometido las reformas necesarias para dotar de los medios que precisa el poder judicial”. Los jueces se lamentan de la autocomplacencia de Lesmes y de lo vacío del discurso institucional y advierten que van a utilizar todas las medidas a su alcance para conseguir esas reformas. “Acudimos al acto de apertura del año judicial porque es nuestra obligación”, afirmaban las cuatro asociaciones, “pero lo hacemos desde el más profundo descontento”. Descontento con la situación y con el mandato desolador del presidente del Consejo.

El malestar de los jueces españoles por la falta de medios que padecen es enorme y refleja un problema muy serio. Una última observación: las mujeres representan ya más del 63% de los miembros de la carrera judicial menores de 51 años. Sin embargo, si se observa la foto oficial del acto de ayer solo se ven hombres.