Fareros, taquilleros, traductores: las consecuencias de la robotización

Madrid

Un estudio llevado a cabo por investigadores de las prestigiosas universidades de Oxford y Yale llegó a la conclusión de que las máquinas nos sustituirán en el trabajo en 2140. Para calcularlo, realizaban una media entre las respuestas dadas por 352 científicos expertos en la materia. Sin embargo, esta suerte de fecha de caducidad no se aplicaba por igual a todos los oficios. Hay ciertas profesiones que según el estudio desaparecerán antes, como los traductores (2024). A La Ventana ha acudido hoy una traductora, a la que se ha unido una antigua taquillera del metro de Madrid -profesión que desapareció el año pasado- y un farero, una profesión en vías de desaparecer.

Al ser preguntada por la robotización en su sector laboral, Bárbara, que trabaja como traductora, piensa que "la intencionalidad, el contexto, la transcreación, la interpretación del mensaje o la misma corrección de errores que están en el texto original del cliente no están al alcance de ninguna tecnología. Esta es la gran diferencia entre la traducción asistida con ordenador y la traducción automática". Rosa, que trabajó como taquillera y que ahora mismo es jefa de vestíbulo, hace hincapié sobre el efecto negativo que tiene sobre ciertos grupos de viajeros (los ancianos, las personas con algún tipo de discapacidad...) el hecho de que ya no haya taquilleros en las estaciones del metro de Madrid.

Por su parte, Jesús, que ejerce como farero en Murcia, ha declarado que: "La tecnología se puede ver como los dos palos de una misma moneda: por un lado nos ayuda, provoca mayor fiabilidad y también tiene los condicionantes de que elimina plazas. La tecnología sola no funciona, hay que supervisarla, mantenerla, revisarla, adecuarla cuando falla algo..."