Nunca hubo un candidato mejor

Madrid

Dos deportes como resumen de un 18 de julio. Yo no sé si Angel María Villar y su hijo son o no corruptos. Al juez, a la Fiscalía, incluso a la Guardia Civil se lo parece... pero no nos precipitemos porque tiempo habrá para construir las certezas. De lo que no hay duda es de que el sistema cuasi feudal en el que se ha gobernado la Real Federación Española de Fútbol es una anomalía.

Angel María Villar suma 29 años al frente de esa federación y no porque tomara el cargo al asalto, no porque se encastillara armado sino porque el fútbol, el mundo del fútbol, le ha venido eligiendo una y otra vez. De verdad nunca hubo un candidato mejor, nadie más podía gestionar esa federación, nadie que no fuera él, le elegían porque era el mejor o porque era el que mejor les venía. Las zonas de sombra del fútbol español son profundas, la indulgencia de buena parte de la sociedad con ese deporte y con algunas de sus estrellas es escandalosa.

Leo que la vuelta ciclista a España quiere suprimir o al menos matizar ciertos tics machistas que durante años han vinculado el triunfo, el momento de gloria del ciclista hombre con una especie de cortejo de podium de una mujer. Como si la victoria fuera imperfecta si no va acompañada de honores rendidos por mujeres, si no hay azafatas, si no hay besos, si no se las empapa en champan.

La vuelta ha decidido suprimir los besos y sumar hombres a la entrega de los premios, es bueno que se haga, porque es imprescindible acabar con las imagenes que naturalizan la subordinación de la mujer; pero sería incluso mejor que se extendiera a otros deportes. Al motociclismo o a la Fórmula 1, por ejemplo, que se acabara con la costumbre de que haya mujeres que sonrien mientras, yo qué sé, soportan una sombrilla que protege del sol a los héroes del asfalto. Y sobre todo, sería tan gratificante para nosotros los hombres que fueran ellos, los deportistas, los que dijeran basta.