Todos amigos, ¡viva el vino!

Mariano Rajoy ya tiene prácticamente asegurados los cuatro años de esta legislatura. Blindado con los votos de Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, más la abstención de Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, ha sumado la aprobación del techo de gasto a los Presupuestos Generales, ya validados. Así que permitirán a este Ojo que haga alguna pregunta al maestro armero, del que jamás se espera respuesta, como ustedes saben, pero servirá para sacar alguna que otra conclusión.

Pregunta: ¿cuánto le importa a Ciudadanos, al PNV, a Coalición Canaria y a Nueva Canarias la rampante corrupción institucional del PP, demostrada hasta la saciedad en los tribunales patrios? ¿Se sienten cómodos viajando en el mismo sedán? ¿Les gusta cotorrear y gastarse unos chascarrillos con los ministros reprobados por ellos mismos, tal que Montoro? Está bien, son muy dueños de engrosar la alegre muchachada, pero entonces permitan al respetable que considere que son precisamente ellos quienes mantienen en el Gobierno a los responsables de la Gürtel, la Púnica y demás miserias que envenenan esta democracia.

Ah, y admitamos que Pedro Sánchez tuvo dos veces razón. La primera, porque no hacía ninguna falta el sacrificio del PSOE, con el drama subsiguiente, para que gobernara Rajoy. Y dos, que así grite y clame a los cielos Pablo Iglesias, no hay manera alguna de sacar adelante una moción de censura. Habrá que buscar otros túneles.