El CETA, los secretismos y las explicaciones
No todo lo que antes era aceptable va a recibir la misma consideración a partir de ahora en el PSOE. Plantear la abstención como un ataque a la globalización no deja de ser una falacia intragable de la derecha
El Ojo Izquierdo: 'El CETA, los secretismos y las explicaciones'
01:24
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004628013/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
La decisión del equipo de Pedro Sánchez de cambiar su posición sobre el CETA, el acuerdo de libre comercio entre Europa y Canadá, plantea algunos conflictos y en varias direcciones. Por lo pronto, una señal obvia dentro del propio partido de que los tiempos han cambiado, y que no todo lo que antes era aceptable va a recibir la misma consideración a partir de ahora. Plantear la abstención como un ataque a la globalización no deja de ser una falacia intragable de la derecha.
Más información
Se trata de regulación, y ahí surge la segunda consecuencia: la absoluta libertad de movimientos para los mercaderes solo han traído desolación y pobreza. Regular los mercados no es estar contra ellos, sino simplemente imponer los controles necesarios para que los facinerosos no roben a manos llenas. Esa, y no la sovietización de la economía, es la verdadera batalla.
Pero aún hay una tercera derivada, que es destacar el secretismo de una negociación que los dirigentes europeos de la última década –escojan entre malos y peores- han llevado de manera vergonzante. Y tanta ocultación solo puede traducirse en faltas de garantías para los consumidores.
Hay más consecuencias, claro, pero acabemos con un añadido: deben Sánchez y su equipo ganar en transparencia y capacidad de explicar sus acciones. Hagan lo que consideren oportuno pero cuenten por qué lo hacen. Responsabilidad, se llama la figura.