Vivimos de espaldas a 'La España vacía'
'La Ventana' ha estado esta tarde en Huesca para poner la mirada sobre el Congreso de la Despoblación y analizar el problema de la dispersión demográfica
Pedrafita do Cebreiro, uno de los pueblos de la geografía gallega / Getty Images
Madrid
En la mesa se han sentado, junto a Carles Francino y a Isaías Lafuente, el colaborador de la Cadena Ser Rafael Villasanjuán y dos voces fundamentales para entender la realidad del éxodo de la España interior: Sergio de Molino uno de los ponentes del Congreso y autor autor de uno de los ensayos más celebrados del año pasado, 'La España vacía', y Miguel Gracia Ferrer alcalde de Arén desde 1997, un pueblo del interior de Aragón que vio materializada la despoblación pasando de casi 2000 habitantes hace veinte años a poco más de 300 vecinos en la actualidad.
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Actualidad (23/06/17)- Vivimos de espaldas a 'La España vacía'
Miguel Gracia, también presidente de la Diputación de Huesca desde 2015, apunta que a lo largo de estos años de lucha por la visibilización de las áreas marginadas y despobladas de España "se ha logrado introducir el problema en la agenda política pero aún falta poder estar dentro del debate económico y del legislativo". "Se gobierna y se legisla desde las grandes ciudades sin darse cuenta de que no sólo no sirve, sino que en muchas ocasiones incomoda", explica Gracia.
Desde su punto de vista sigue existiendo, entre la población rural, un sentimiento de exclusión en el mercado laboral, a pesar de las mejoras alcanzadas en materia de servicios públicos e infraestructura en comunicaciones. Sería fundamental, según el político oscense, poder hacer llegar la conexión a Internet a todos los lugares de España y a todas las zonas aisladas geográficamente para permitir una conexión global que favorecería también el trabajo a través de la red.
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Sergio de Molino, por su parte, y a través del estudio plasmado en la publicación de su libro, uno de los ensayos más celebrados del pasado año, expone que "vivimos de espaldas, nunca miramos, a esa España desploblada". Coincide con Gracia que el problema del fallo territorial requiere para su pronta solución "plena voluntad política" con iniciativas como las de atraer la conexión de Internet a todas las casas de zonas despobladas.
Incide, además, en la idea del sentimiento de "abandono y desatención" que sienten estos pequeños núcleos de despoblación que sufren "la ultraurbanización como un problema de identidad". El escritor anima a que se consiga, con trabajo y con tiempo, "que la ciudad y el campo se entiendan.
