Lo difícil no es imposible
El reto en la tolerancia y la diversidad sexual, en el respeto hacia todas las orientaciones posibles, pasa por la implicación de cada uno de nosotros. Y la Tana asume su implicación.
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Getty Images
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Madrid
Me gusta creer que corregiré todos y cada uno de los errores de la educación que yo recibí. Sobre todo de la sexual la que brilló por su ausencia porque en los 70 y en los 80 no hubo manera de que nos enseñaran a ser libres en nuestra propia cama. Dejaré que Mi Moco explore sus gustos sexuales sin meterle miedo con que pueda ser un incomprendido si no se enamora de todas las que juegan a ser princesas. Fomentaré que si no lo tiene muy claro, entienda que los que se enamoran tanto de hombres como de mujeres no son ni viciosos, ni dudosos, sino bisexuales. No es fácil no ser heterosexual. Que ames a una mujer siendo tú mujer, que te enamores de un hombre, siendo tú hombre. Que puedas desear a ambos, seas quien sea. No es fácil no ser heterosexual. Pero lo difícil no es imposible.
Un buen día no quieres disimularlo más. No quieres que te presupongan los novios, no dejas que te vistan con el vestido que no puedes abrocharte tú misma, ni que te quiten los pantalones que te empeñas en llevar. Te das cuenta de que tienes una única vida y que has decidido pasarla con quien te dé la santa gana. Y aprendes a aprovechar los tiempos muertos para tentar a la suerte de acostarte con quien te haga dudar.
Qué bueno aprender que si no te escondes en ningún armario es mucho más fácil ser feliz.