El hombre que trajo el cine sonoro a España

Madrid

En la segunda mitad de los años 20 del siglo XX el cinematógrafo es ya el espectáculo más popular del mundo, incluido España, pero una revolución va a trasformar por completo la industria del cine: Llegan las sonoras. El estreno en 1927 de “El cantor de jazz” marca el punto de partida del cine parlante. En todo el mundo los estudios y las salas de exhibición se trasforman para adaptarse al nuevo sistema. En todas partes, menos en España. La ausencia de una industria fuerte y de empresarios capaces de acometer las nuevas inversiones hace que la llegada del sonido se retrase en nuestro país.

La mayor parte de los directores y productores españoles desprecian el cine hablado y confían en que se trate de una moda pasajera. Pero no, el cine sonoro ha llegado para quedarse. En 1929, dos años después de su estreno americano, se proyecta en España El cantor de jazz, pero en versión muda ya que aún no hay salas con equipos de sonido. La primera película sonora americana que se proyecta en nuestro país, es El desfile del amor, de Maurice Chevalier, en un cine de Barcelona, aunque sólo se sonorizan las canciones.

A pesar de la desidia de la industria cinematográfica española hay un hombre que está dispuesto a dar la batalla del sonido. Su nombre: Francisco Elías. Había nacido en Huelva en el año 1890 y comenzó su relación con el cine en la década de los diez trabajando como redactor de títulos para una compañía francesa. Después se trasladó a Estados Unidos donde entró en contacto con el cine de Hollywood y trabajó para algunos de sus principales creadores.

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Con David W. Griffith Elías aprendió todo lo necesario sobre los oficios cinematográficos y fundó una empresa de producción de rótulos para películas. En el mismo edificio que tenía su taller, tenía su empresa el inventor Lee De Forest, autentico pionero del cine hablado, que llevaba desarrollando su sistema de sonido desde comienzos de los años 20.

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Al regresar a España Francisco Elías se pone en contacto con el empresario Feliciano Vitores, el hombre que ha comprado la patente para su explotación en España del sistema de sonido de De Forest, y le propone financiar la primera película hablada del cine español. Una comedia con ciertos elementos de intriga titulada El misterio de la Puerta del Sol y protagonizada por uno de los galanes de moda: el futuro director Juan de Orduña.

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Elías rueda la película en un par de semanas a finales de 1929. La película tiene partes sonorizadas y otras mudas pero se encuentra con que no hay salas preparadas para exhibirla. Por fin, tras mucho buscar, consiguen acondicionar medianamente un cine de Burgos y allí se estrena la película. El cine español hablaba por primera vez y lo hacía así.

Los diálogos cuesta entenderlos y las voces suenan mecánicas y forzadas. El estreno de “El misterio de la Puerta del Sol” es un completo desastre. Problemas de sincronía, voces demasiado aflautadas… La película se retira del cine y no vuelve a exhibirse. Tras este fracaso algunas productoras intentan una nueva vía sonorizando en el extranjero películas concebidas como mudas, caso de “Prim” o de “La aldea maldita”, a las que se les añaden algunos diálogos, pero tampoco obtienen buenos resultados.

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Francisco Elías, no obstante, no tira la toalla. De vuelta a Francia el director se alía con un productor francés para sacar adelante una nueva película hablada que lleva por título “Pax”. La idea es filmar al mismo tiempo una versión francesa y otra española, y rodarlas ambas en nuestro país. Pero para ello necesita un estudio con las condiciones técnicas adecuadas y es entonces cuando decide utilizar su amistad con el presidente de la Generalitat de entonces Francesc Maciá. Elías le solicita un lugar espacioso en el que poder montar unos estudios cinematográficos y Maciá le concede el llamado Palacio de la Química que formaba parte de los edificios de La Exposición Internacional celebrada en Barcelona en 1929.

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Allí Elías crea los estudios Orphea equipados con todos los medios técnicos necesarios para rodar películas habladas. Los estudios se inauguran con el rodaje de la versión francesa de “Pax”, pero el presupuesto se agota y no da para la versión española. De esta forma la primera película totalmente hablada que se rueda en España es una producción en francés.

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Pero el principal mérito de Elías es haber puesto en funcionamiento los estudios Orphea, donde enseguida empiezan a rodarse otras películas habladas. La primera en estrenarse, en el año 1932, es “Carceleras”, versión de la zarzuela del mismo título, y a ella le corresponde el honor de haber sido la primera película totalmente sonorizada y en español de la historia de nuestro cine.

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Francisco Elías siguió trabajando durante la República, rodando nuevas películas. Durante la guerra civil fue el responsable del cine de propaganda de la Generalitat y en 1938 se exilió a Méjico, a pesar de que el gobierno de Franco no le perseguía ya que era falangista. En Méjico trabajó más de una década, pero a su vuelta a España no consiguió sacar adelante nada más que un par de películas que no tuvieron apenas repercusión. Fue así como el hombre que trajo el sonido al cine español acabó en el olvido y su figura no sería reivindicada hasta muchos años después por los historiadores. Francisco Elías falleció el 8 de junio de 1977 a la edad de 87 años.