Mitos y verdades sobre los productos integrales

Madrid

No son pocas dudas las que surgen al respecto de los cereales integrales y los productos que con ellos se fabrican. ¿Sabemos cuándo un pan es integral y cuando no? ¿Qué sea fuente de fibra o tenga un alto contenido en fibra significa que es integral? ¿Nos podemos fiar del color o el aspecto que tiene una pasta para saber si efectivamente es integral? Y los panes de semillas o multicereales, ¿son por definición integrales o no?

¿El pan integral es más sano?

Cuando los cereales se someten al proceso de refinamiento pierden sus capas externas, como el salvado y el germen, quedando únicamente el endospermo. Ese endospermo es rico en almidón y va a ser el “material” para elaborar la harina o la masa que se convertirá después en pan blanco, pasta o cualquier otro producto.

Si en lugar de utilizar, por ejemplo, una harina de trigo refinada, utilizamos una harina integral, el producto que elaboremos estará hecho con el grano entero. Es decir, tendremos, aparte el germen y el salvado, todos los nutrientes que aporta el grano: la fibra, las vitaminas, los minerales, las proteínas, etc. Al ingerir un producto elaborado con grano entero, nuestro organismo se saciará antes, nos subirá la glucosa en sangre más paulatinamente y mejorará nuestro tránsito intestinal.

¿Engorda menos el pan integral?

Uno de los mitos nutricionales más extendidos es que el pan integral engorda menos que el pan blanco. Sin embargo, el pan integral no engorda menos que el pan blanco si entendemos por “engordar” que tenga más calorías. A nivel calórico, una harina refinada y una integral son muy parecidas, pero la composición de la integral es mucho más interesante.

Nuestra recomendación, como siempre, es olvidarnos de las calorías y analizar los alimentos en su conjunto. Un pan integral no es un alimento light ni engorda menos que uno blanco, pero es la mejor opción por su aporte nutricional.

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