Úsese el hacha, pero no lo muestren, por favor

Ya lo sabíamos, pero ayer se hizo oficial: Pedro Quevedo, diputado de Nueva Canarias, será el número 176 que necesita Mariano Rajoy para aprobar los Presupuestos. Tras los acuerdos con el PNV ha llegado el pacto con el partido canario, y con la consiguiente lluvia de millones, el PP se ha asegurado la paz de unas cuentas firmadas y rubricadas.

Es difícil sustraerse a la evidencia: Rajoy nunca necesitó de verdad del PSOE para salvar España o la democracia, ampulosas palabras que solo sirvieron para defenestrar a Pedro Sánchez y obligar al PSOE a caer de hinojos ante el gran representante de la corrupción de la derecha, Mariano Rajoy Brey, riéndose a carcajadas en la hamaca de la vagancia.

Agua pasada, dicen, y ahora el molino habrá que moverlo con otras corrientes. ¿Sabemos algo de lo que está haciendo entre los suyos el renacido Sánchez para llegar al Congreso Federal del partido con paz suficiente pero energía imprescindible? ¿Balancea bien el perdón y el castigo ejemplarizante? ¿Se mantienen algunos nombres y se renuevan los más? 

Cualquiera sabe, la verdad, pero es cierto que algo parece que funciona bien: la discreción. Que no radien- o tuiteen- minuto a minuto la contienda es digno de elogio. Sangre habrá, claro, pero es bueno que no la veamos, porque ya estábamos hartos de que el PSOE pareciera una película de Tarantino.