La sonrisa contagiosa de Macron
Angela Merkel, con su fino olfato político, se ha dado cuenta que debe montarse en la ola europeísta que ha llevado a Macron al Elíseo frente al populismo
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Reunión del G-7 en Taormina, Sicilia. / JONATHAN ERNST (Reuters)
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Madrid
Europa ha encontrado su anti-Trump. La sonrisa espléndida y el pulso firme de Emmanuel Macron se han impuesto en su estreno internacional al gesto desabrido y grosero del presidente de Estados Unidos. La prensa francesa, que no se caracteriza por su modestia pero suele ser implacable con sus dirigentes, le ha dado una matrícula de honor a su nuevo Presidente en su estreno entre los grandes de la política mundial.
Pero lo más importante de la cumbre de la OTAN y después del G7 es que Angela Merkel, con su fino olfato político, se ha dado cuenta que debe montarse en la ola europeísta que ha llevado a Macron al Elíseo frente al populismo. Más aún cuando el rival directo de la canciller ha sido presidente del Parlamento Europeo. El problema es que, de momento, a Alemania se la espera. Tanto en las propuestas de Macron de convertir la zona euro en el núcleo duro de la Unión mediante una convergencia fiscal y social como con Grecia, condenada a penar con su gigantesca deuda. A no ser, como desvelan los últimos sondeos, que el objetivo sea hundir a Tsiriza y que la derecha, que maquilló las cuentas del estado en el origen de la crisis, vuelva al poder.