Inteligencia artificial y peligrosa

Madrid

Se dice que cada día tiene su afán, y en los últimos tiempos además todos los días traen su momento Black Mirror. Black Mirror es una serie que aborda uno de los aspectos favoritos de esta sección: el impacto de la tecnología en nuestras vidas, a menudo para destrozarlas. FaceApp, la aplicación de móviles, da la oportunidad de pasar filtros a las fotografías. No los filtros de siempre sino uno muy particular: puedes envejecer una imagen tuya, puedes rejuvenecerla y puedes hacerla sexy. Aquí entramos al mismo tiempo en el segundo y tercer aspecto favorito de esta sección: la literatura y Oscar Wilde.

 Mi libro favorito de Oscar Wilde, después de la Balada de la Carcel de Reading, es el retrato de Dorian Gray. Dorian Gray explica bastante bien el peligro de tocarse uno la carita aunque sea en un cuadro. Wilde imaginaba en su libro que el retrato envejeciese y no el modelo. El modernismo de nuestro autor se movía en un eje conocido: joven/viejo. La aplicación FaceApp va más allá, y quiere decidir por nosotros lo que es sexy. Sexy probablemente es la palabra más subjetiva del mundo, y ponerla en manos de la tecnología es arriesgado. A los ingenieros de la aplicación, por ejemplo, les ha parecido que para que un negro sea sexy debe aclararse la piel y adelgazar la nariz hasta convertirla en un rasgo más europeo. Una aplicación racista, desde luego, una aplicación que va con los tiempos y que nos alerta del cuarto asunto predilecto en esta sección.

El creador de la aplicación pidió disculpas y achacó el problema a un efecto secundario de la inteligencia artificial. Así que hay pocos racistas en el mundo que parece ser que empezamos a fabricarlos. ¿Y cómo resolvió el problema? Le quitó el nombre de sexy al filtro y ahora se llama chispa. Sigue blanqueando la piel pero además ahora aporta una solución acorde a los tiempos: cuando tengas un problema no lo resuelvas, cámbiale el nombre.