Como un guante

Madrid

Todo el discurso de Mariano Rajoy sobre lo que debería ser España se ajusta como un guante a su llamada a declarar como testigo del caso Gürtel. La forma de conducirse por la vida pública de Rajoy, su argumentarlo, su posición moral ante las grandes cuestiones de Estado. Es decir, cualquier discurso de Mariano Rajoy en los últimos años podría servir como valoración de su presencia en el juicio de Gürtel: es una medida sensata y razonable, llena de sentido común, positiva para todos los españoles e importante para que pueda conocerse toda la verdad. Esas palabras que son trending topic en la vida de Rajoy (sensato, razonable, sentido común) parecen haber venido al mundo para definir su presencia en el juicio, y quizás por eso el mayor escándalo de la noticia sea que se haya producido tan tarde o que provoque estupor en un partido tan proclive a las llamadas a la normalidad.

Llevamos siete años con un proceso de corrupción abierto. Va camino de ser una etapa histórica en España, como la Restauración. Y en un escándalo tan extendido en un partido político acusado de financiación irregular lo que sorprende es que el mayor experto en ese partido (ya no digo cargo, sino experto), lo que sorprende, digo, es que a ese experto no se le dé voz. Mariano Rajoy es el hombre que mejor encarna el PP y el hombre que mejor conoce lo que ocurre dentro del PP. No llamarlo a declarar, y no haberlo hecho durante estos años, es casi una falta de respeto. Casi como decirle: "Usted no sabe nada de lo que pasa en su casa". Que, por otro lado, paradójicamente, es el gran objetivo político e ideológico de Rajoy.