Usuario pornográfico
La Tana asume que ella será Latanace para todos los que quieran localizarla. Incluso para todos los que quieran saber qué cine porno es el suyo.
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Getty Images
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Madrid
Me espían; lo sé. Sé que saben las horas que paso frente al ordenador, buscando y rebuscando secuencias pornográficas, tentando mi excitación. Ahora me ha dado por los tríos hombre, mujer, hombre. Después de años centrada en el sexo lésbico y en lo más habitual que se puedan imaginar, ahora me apetece meter a dos tíos en mi imaginación y que me lo hagan todo.
Me espían; lo sé. Saben que adelanto saltándome los prolegómenos. Que cada vez tardo menos en ponerme realmente cachonda. Qué suerte tengo de haber aprendido por dónde se llega al centro del meollo. Mi usuario pornográfico les ha informado de todo cuánto deseo y hasta de quién soy: Mujer, bisexual, profesional liberal (ya sabrán que también ávida de libertinaje). Entre 40 y 50 años. Muchos amantes, un par de maridos. Algún que otro follamigo... La vida habitual de una mujer normal que gusta de ver cine porno, que no finge ni uno solo de sus orgasmos y que espera algo más que un juicio a sus conductas.
Me espían; lo sé. Y también sé que me da igual. Será que no creo ni cumplo sentencias más que de aquellos jurados que que me eximen de todos estos pecados...