¿Mucha mierda para el PSOE?

Madrid

Los actores se desean buena suerte en los estrenos con un paradójico “mucha mierda”. La tradición viene de la época en la que los nobles llegaban al teatro en coche de caballos y, a más nobles, más coches, más caballos y más mierda. Así que, en la jerga teatral, Susana Díaz tuvo ayer mucha mierda en Madrid. Su representación se había hecho esperar, había sido anunciada con tiempo, divulgada por los medios y animada por una nutrida claque. Y el estreno no se lo quiso perder la nobleza del partido, convenientemente alineada en la primera fila del patio de butacas.

Si no quiso dar esa imagen de ser la candidata “oficial”, a Susana Díaz se le fue la mano en la escenografía. Y si, como parece evidente, quiso darla, lo suyo fue un órdago en toda regla en una época de sonados órdagos fallidos. Ahora imagino a muchos militantes del PSOE preguntándose “quiénes somos los nuestros”. Y detrás de la sonrisa impuesta por un libreto bien armado, imagino también preocupación en la presidenta andaluza. Porque en la memoria del PSOE están Borrell y Zapatero, que ganaron a los oficialistas Almunia y Bono y en épocas en las que lo previsible es lo que solía pasar.