Se ríen de todos nosotros

Madrid

Yo no sé ustedes, pero yo, cada vez que escucho conversaciones protagonizadas por algunos de los individuos involucrados en casos de corrupción, sumo a la indignación una vergüenza ajena terrible. Me pasó con el “amiguito del alma”, con el “te quiero un huevo”, con Alfonso Rus contando dinero, con el tono de todos y con las risas de cada uno de ellos, porque con esas risas se ríen de todos nosotros. Hoy a las risas sumamos una nueva frase par la historia: "Murcia a tope".

Aunque, claro, ustedes y yo debemos ser de una pasta especial porque los políticos, algunos, ni se indignan ni se sonrojan y los que menos se sonrojan, claro, son los de su propio partido. Hoy, a pesar de la vergüenza de las conversaciones, del tufo de triunfo de los interlocutores al haberse cobrado una nueva pieza, Murcia, el PP sigue defendiendo al presidente murciano, Pedro Antonio Sánchez. Insiste el vicesecretario, Fernando Martínez Maíllo, en que hay que esperar a que hablan los tribunales. Sigue Martínez Maíllo y todo el PP sin querer distinguir las responsabilidades judiciales de las políticas. Si lo que han escuchado hoy piensan que no es suficiente para pedir responsabilidades políticas al presidente murciano es que certifican lo que ya sabíamos: que lo de la regeneración democrática no va con ellos.

Y luego está Ciudadanos, que salió en tromba pidiendo responsabilidades y luego le marcó un plazo a Pedro Antonio Sánchez para que dimitiera y el plazo es tan largo que parece que la formación de Albert Rivera espera a la resolución judicial. Porque ni siquiera está de acuerdo con la moción de censura presentada por los socialistas. Su concepto de regeneración acaba cuando empieza la posibilidad de que gobiernen otros que no sean ellos. Hoy, Inés Arrimadas seguía defendiendo que si se archiva el caso seguirán dando su apoyo al PP. Para ellos, la responsabilidad política también es cosa de otro planeta.