SER HistoriaSER Historia
Historia | Ocio y cultura
CRONOVISOR VII

El último talismán de Carlos I

El 3 de febrero de 1557 el Emperador Carlos I de España y V de Alemania hizo su entrada solemne en el monasterio de Yuste tras abdicar de todas sus responsabilidades.

La Gloria. Museo del Prado / Tiziano

Madrid

De este modo el que fuera el hombre más poderoso de su época –y uno de los de más influencia de toda la Historia- empezaba su particular “meditatio mortis” para preparar el viaje definitivo de su alma a la Gloria Eterna.

Carlos I

17:38

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004510139/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Precisamente ese –“La Gloria”- es el título por el que se conoce el cuadro que encargó el Emperador a su pintor favorito, Tiziano, para que lo acompañara en su exilio. Se trata de un lienzo colosal, hoy conservado en el Museo Nacional de El Prado, en el que puede admirarse a un Carlos I desnudo, apenas cubierto por un sudario blanco, que ruega porque le dejen entrar en el Reino de los Cielos. A su lado, representados como almas descarnadas, se reconocen los rostros de su esposa Isabel de Portugal, de su hijo Felipe II o de su hermana María de Hungría, entre otros.

Content not defined

Quizá hoy sorprenda que el Emperador mandara ser retratado como alma y no como ser vivo en ese lienzo, pero en este viaje en el tiempo descubriremos que esa obsesión suya por la muerte venía desde lejos y marcó toda su peripecia vital.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00