Los españoles que triunfan en la mejor orquesta juvenil del mundo

Madrid

La orquesta Gustav Mahler es una de las orquestas de jóvenes más prestigiosas del mundo. Fundada por Claudio Abbado en 1986-1987 para favorecer el diálogo de los músicos centroeuropeos con los de los países del Este, fue la primera orquesta internacional de jóvenes que ofreció audiciones abiertas en los países del antiguo Bloque del Este. En 1992, la agrupación se abrió a músicos de hasta veintiséis años, procedentes de toda Europa. Las audiciones tienen lugar cada año en más de veinticinco ciudades europeas; un jurado realiza la selección entre los casi dos mil candidatos.

En la actualidad hay 31 músicos españoles: España es el país que más músicos aporta; el doble que Alemania y Francia con 15 y más del triple que Austria, Italia o Gran Bretaña con nueve, ocho y cuatro, respectivamente. Esta especie de 'ONU musical' cuenta con 114 jóvenes músicos de 20 nacionalidades distintas. "La lengua oficial es el inglés pero por los pasillos y los camerinos lo que más se escucha es el español". Para preparar el repertorio, les envían las partituras un mes antes y luego se juntan todos en una ciudad durante dos semanas - en este caso Lisboa- para preparar el repertorio para el tour.

Una de ellas es Paula Romero. Esta ilicitana de 23 años, que vive en Estocolmo, toca la viola en la orquesta Gustav Mahler desde hace cuatro años. La exigencia es tal que la plaza no se prorroga: todos los años se hacen pruebas de selección que hay que pasar aunque ya hayas estado algún año en la orquesta. "Nos la jugamos siempre a exponer el máximo nivel. Hay gente que ha tocado tres años seguidos y al cuarto no la han cogido", explica la música.

Lograr permanecer en la agrupación es "como una carrera de fondo", ya que "cada año entra gente nueva que te puede superar". De momento, cuenta que ella espera continuar en la orquesta hasta los 26 años: "me gustaría aprovechar para recorrer el mundo y empaparme del profesor que hay en Europa, pero el día de mañana me gustaría volver a España". Y es que al final, dice, "la tierra es la tierra, el sol es el sol y la comida...es la comida".

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Yael Fluza es compañero de Paula en la orquesta. Gallego de 24 años, toca la trompeta y vive también en el extranjero: en Berlín. "No hay mucha más opción. Hay gente que es capaz de buscarse la vida, pero hoy en día buscar una plaza fija en una orquesta en España es misión prácticamente imposible, sobre todo para ciertos instrumentos". En nuestro país, "está claro no hay demanda de público y en los colegios no hay una educación: la música está totalmente olvidadada. No se le da el valor que tiene en Europa". Al contrario que su compañera, Fluza tiene claro que en el futuro quiere quedarse en Centroeuropa: "Siempre se puede volver en verano, pero no hay comparación en cuanto a la calidad de vida y de trabajo".

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Se estrena en la agrupación este año: "He hecho muchas veces la prueba pero es la primera vez que me han seleccionado. No es fácil". Acceder a esta orquesta es "lo máximo" a lo que un músico puede aspirar dentro de las orquestas jóvenes. Aparte del currículum -siempre puede ayudar y abrir puertas- lo importante es la experiencia de estar allí, conocer a mucha gente con la que estos jóvenes podrían trabajar en el futuro. "Hacer amigos, y hacer música juntos al máximo nivel que podemos hacer nosotros: eso es lo que nos llevamos y lo que se queda", asegura Yael.