Mejor que no se disculpe
Si no había manera de echarle por tener un pensamiento tan porfiado, que hasta los alemanes le consideran un gran terco, quizás se le pueda poner en la puerta por ser un majadero
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El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, quiere permanecer en su puesto aún después de haber dejado de ser ministro de Economía de su país, algo que es dudoso de acuerdo con los estatutos de dicho organismo. Quizás puede interpretarse de una manera o de otra, quién sabe.
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Lo que no es dudoso es que el señor Dijsselbloem, es un personaje bastante soberbio, milita en un partido que ha perdido más del 70% de su voto en 4 años y al que los holandeses han dicho claramente que no quieren que se encargué de su economía. El resultado de las elecciones del pasado día 15 no deja lugar a las interpretaciones. Su partido ha pasado de 38 a 9 escaños con un lamentable 5,7 del total de los votos emitidos, lo nunca visto en Holanda. Es decir el señor Dijsselbloem ha fracasado como ministro de economía, según sus propios compatriotas.
El caballero se niega a disculparse después de comentar que la solidaridad europea tiene un límite. Que los países ayudados; entre ellos España, claro está; no se gasten el dinero, dijo, en copas y en mujeres. La verdad es que es mejor que no se disculpe. Si no había manera de echarle por tener un pensamiento tan porfiado, que hasta los alemanes le consideran un gran terco, quizás se le pueda poner en la puerta por ser un majadero.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...