Holanda frena a la extrema derecha
Los votantes holandeses acudieron en masa a las urnas, con una participación histórica, y levantaron un dique frente al discurso xenófobo y antieuropeo de Geert Wilders
El editorial de Pepa Bueno
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La Haya
Holanda frena a la extrema derecha. Los votantes holandeses acudieron en masa ayer a las urnas, con una participación histórica, y levantaron un dique frente al discurso xenófobo y antieuropeo de Geert Wilders. El líder ultra mejora un poco pero se tiene que conformar con el segundo puesto, muy lejos del primero y con solo un 13 por ciento de apoyo. La primera batalla europea contra los intolerantes, la han ganado para la democracia en Holanda.
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Y todo después de una noche larga, muy larga porque el escrutinio ha sido manual por miedo a un hackeo ha terminado hace menos de una hora.
Y además del frenazo a los que querían romper con Europa y perseguir al Islam, las elecciones dejan aquí un giro a la derecha, una derecha democrática pero que ha endurecido su discurso y es muy crítica también con el actual estado de cosas en la Unión Europea. Aunque pierde apoyos, el ganador indiscutible es el actual primer ministro, el liberal conservador Mark Rutte que se ha colocado ocho puntos por encima de Wilders.
Otro elemento para el análisis: el hundimiento del partido laborista, que ha gobernado con Rutte estos últimos años de aplicación de recortes en este rico país y que pasa de treinta y ocho escaños a nueve. Desde la debacle del Pasok en Grecia, no se recordaba un descalabro así.
Y emerge una nueva izquierda, la del partido verde que defiende postulados clásicos de justicia social y tolerancia y lidera la gran batalla contra el cambio climático. Los verdes se han convertido en la primera fuerza en la capital, en Amsterdam. Pero la noticia sin duda es el jarro de agua fría a quienes querían montarse en la ola que llevo a Trump a La Casa Blanca y con la que aspiran al Palacio del Elíseo en Francia.
