Hay partidos, claro que sí, llenos de corruptos

En algún momento tendremos que acabar con el conocido comentario del boquirroto ciudadano acodado en la barra del bar de que todos los políticos son unos corruptos. Verá usted, habrá que contestarle, por ahora son corruptos esféricos unos cuantos: justo los que todos estamos viendo, que últimamente hasta han dado en confesar, asediados por papeles y pruebas imposibles de negar.

Así que por ahora queda demostrado, basta remitirse a los tribunales, que en el PP nadan en la cloaca de la corrupción, llámese caso Gürtel o caso Púnica, por citar tan solo los de tamaño tan descomunal que hasta la Televisión Española, burda lacaya del PP, es incapaz de tapar, sin llegarnos hasta otros cientos de ejemplos, que todavía andan ocupando a jueces y fiscales.

Del PP de Madrid, sí el de Esperanza Aguirre, la que nunca sabe nada y pretende lavarse las manos con lejías imposibles, lo conocíamos casi todo. Faltaba el casi, que ahora llega, para confirmar lo evidente y que la aberrante acumulación de cargos corruptos por metro cuadrado hacía presagiar. Y sabemos, también, que Félix Millet llenaba su buchaca, y la de su partido, con mordidas de grandes constructoras. O sea, que tenemos pruebas de que una retahíla de políticos del Partido Popular, y otros cuantos de la extinta CiU, están corrompidos hasta el tuétano.

Digan con este Ojo: PP y Convergència, corruptos.