El acuerdo
Y así, me dije al verle alejarse a través del cristal, es como camina por la calle un sinvergüenza. Un manipulador. Y un pedante

Historias a media mañana con Espido Freire (08/03/2017) - El acuerdo
01:53
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
Entonces, no nos ponemos de acuerdo. Vale. Ya lo arreglaremos. Ya se lo diré a mi abogado. Y, cuéntame, no sé, otras cosas. Esto ya lo hemos aclarado: paralizo la venta, etcétera. No sé, ¿has conocido a alguien? ¿Estás con alguien, ahora?
- Sí -mentí-. ¿Y tú?
- No -mintió él también-. Por ese flanco, todo tranquilo.
Se las arregló para llenar dos minutos más con conversación vacía; pagó.
- Siempre supe que eras una mujer muy fuerte, preciosa -me dijo, con una de sus miradas intensas, antes de irse, y reunió el desparpajo suficiente como para levantarme la barbilla con un dedo, y fijar sus bonitos ojos en los míos-. Puede que ni tú lo supieras, pero escondías una fortaleza enorme. Eso me atrajo de ti. Y por eso yo te sigo queriendo, eso no va a cambiar.
- Ya -contesté yo-. Seguro que no.
- Yo te quiero; no te imaginas cuánto. Te quiero.
Yo no contesté. Luego continuó.
- No hago más que darle vueltas a la cabeza. Necesitamos vender ese piso ¿Cómo no voy a insistir? Lo necesitamos los dos.
-No, los dos, no. Lo necesitas tú. Y a lo que veo, con mucha urgencia.
- En realidad, es una manera de dejar atrás el pasado. ¿Por qué te aferras a él? Hay que continuar viviendo... Pero recuerda que te quiero, ¿eh?
Y así, me dije al verle alejarse a través del cristal, es como camina por la calle un sinvergüenza. Un manipulador. Y un pedante.