El cansancio de los vecinos de Santo Domingo por los ruidos de Barajas

Madrid

España es uno los países más ruidosos del mundo. El ruido, advierten los expertos, tiene entre los numerosos efectos nocivos para la salud, el de ser un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los vecinos de una urbanización de Algete(Madrid) esperan la decisión del Supremo acerca de la suspensión de un 30% de los vuelos que sobrevuelan sus casas al aproximarse a una de las pistas, provocando un ruido insoportable. El Supremo, de momento, ha aplazado la deliberación que tenía prevista para este martes. José María Serrano, portavoz de la Asociación contra el Ruido y Riesgo de Aeronaves Ciudad Santo Domingo, ha explicado en La Ventana la situación que padecen los vecinos y qué esperan del pronunciamiento del Supremo.

Este conflicto dura ya más de una década. En 2008 el Supremo dictaminó que se vulneraba el derecho a la intimidad domiciliaria de los vecinos por el ruido de los aviones al sobrevolar la urbanización. Desde entonces, y con tres resoluciones judiciales diferentes, AENA no ha ejecutado una sentencia firme sobre derechos fundamentales de ciudadanos. El Supremo decidirá ahora si suspende el 30% de los vuelos que sobrevuelan esta urbanización, como dictaminó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. "El TSJM ha emitido numerosos autos todos los cuales han sido recurridos por ambas partes, tanto por nosotros como por AENA y Fomento. El último pronunciamiento es de 2014. Cuando se pronuncie el Supremo lo hará por cuarta vez. La primera fue con la sentencia, que es firme, y las otras dos indicando que ésta no se había ejecutado", ha indicado Serrano.

El problema acústico afecta a urbanización que existe desde los años 70, mucho antes de la ampliación de Barajas, donde viven unas novecientas personas, muchas de ellas mayores que, junto a los niños, son los más afectados. Y nadie se plantea marcharse porque tienen allí su vida, su patrimonio y una sentencia favorable: "El ruido es insoportable. Las personas pueden aguantarlo dependiendo de la edad y del estado de su salud. En mi caso, puedo decir que no lo soporto más de diez minutos".

Así que acostumbrarse a un ruido como este es imposible. Se trata de un ruido que se va aproximando poco a poco y cuando parece que ha parado el proceso vuelve a empezar con el sobrevuelo de otro avión: "El ruido hace un máximo y luego va disminuyendo para volver a empezar, en periodo de dos a tres minutos. La OMS recomienda que no se sobrepasen los 55 decibelios y aquí llegamos los 83".