Un insulto a los ciudadanos

Madrid

La cadena SER les está ofreciendo, desde esta mañana, el testimonio del que fue número tres del ministerio del Interior y máximo responsable de la llamada policía patriótica, la que se encargaba de buscar causas contra partidos políticos de la oposición y muy especialmente contra políticos implicados en el proceso soberanista de Catalunya. Las causas que después, como recordarán, el ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se comprometía a mandar a la Fiscalía para que las afinara.

La propia existencia de una llamada policía patriótica ya pone los pelos de punta. En el siglo XXI, en un estado de derecho, en una democracia asentada, una policía trabajando desde la cloaca para perjudicar a partidos políticos opuestos a quien gobierna, sobre todo a aquellos que trabajan para la independencia de Catalunya. Pero si esto no es ya escalofriante, escuchar hoy la voz del máximo responsable de esta brigada, Eugenio Pino, intentando torear al juez y al abogado del Estado en su declaración voluntaria por la aparición de un pendrive con información sobre el Caso Pujol, es directamente un insulto a los ciudadanos.

Su actitud chulesca, que ha desquiciado a los interrogadores, es una muestra de quien cree que el trabajo de la policía es el que él ha estado haciendo hasta su jubilación, a las órdenes de un ministro del Interior, porque no olvidemos que este policía tenía un jefe. Podemos pensar que con su jubilación y con la salida a la luz de sus prácticas se ha cerrado una etapa de malas prácticas. Pero, ¿quién nos lo asegura? ¿Quién nos asegura que seguimos estando en manos de policías como Eugenio Pino o alguno de sus jefes? Sirva como dato para el contexto recordar lo que está costando que se ponga a andar la comisión de investigación sobre el que fue ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.