Adiós al filósofo del respeto
Reflexión tras la muerte del francés Tzvetan Todorov, uno de los puntales del humanismo
El revés y el derecho de Juan Cruz
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Madrid
La arrogancia mata las ideas y muchas veces mata a las personas. La falta de respeto al otro conduce a los hombres al desprecio, construye muros, establece fronteras dentro de las cuales sólo pueden vivir los que son considerados puros, de raza o de ideología. Esas circunstancias convirtieron el siglo XX en un siglo sangriento e irrespetuoso, y llevan camino de hacer lo mismo en el siglo XXI. Todorov, búlgaro de origen, filósofo del respeto al otro, murió ayer en París. Él luchó, como un ciudadano comprometido y elegante, contra todas esas asechanzas que persiguieron a la libertad de los otros en su país de origen y en todo el mundo. Esa es, por desgracia, una lucha que no va a acabar jamás.