No son populistas. Son fascistas

Madrid

Dejen a este malencarado Ojo hacer de la necesidad virtud y hallar algún signo alentador en esa desgracia cósmica, ese magma terrorífico que nos ha caído encima que se llama Donald Trump. Porque es tal la desgracia que nos acongoja encima, que quizá, solo quizá, pueda darse el caso de que algunos europeos, que hasta la llegada del meteorito destructor, pensaban votar a la ultraderecha, se den cuenta de que estos monstruosos engendros son tan salvajes como prometían en campaña.

No por coherencia, no, sino porque solo les caben dos ideas, tan sencillas como piedras, en su cabeza de chorlito. Así que cuando voten, olvídense de tontas bromas, y sepan que si la líder del partido neonazi alemán, , dice que los guardias deben disparar a los refugiados para evitar que entren más a Alemania, dará esa orden si es que llega al poder. También a mujeres y niños, como remachó su segunda al mando. Y el holandés Wilders, si gana, expulsará a todos los marroquíes que pueda, lleven diez o cien años en los Países Bajos.

¿Y qué hará Marine Le Pen?, pues lo que promete que ya da miedo, una Francia más fuerte, con pena de muerte y mayor presencia policial. Fuera extranjeros, fuera homosexuales. Convendría repetir, este Ojo ya lo ha mencionado antes, que no es que sean populistas, no. Es que son fascistas.