La parroquia de Santa Anna abre sus puertas a las personas sin hogar
Hemos charlado con la monja teresiana Victoria Molins, una de las impulsoras de esta iniciativa social que se suma al reclamo del papa
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Interior de la iglesia de Santa Anna. / www.parroquiasantanna.org
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Madrid
Ante la ola de frío, el pasado 7 de enero una de las parroquias del Vaticano decidió abrir sus puertas a las personas sin hogar y refugiados para darles cobijo. Con motivo de este reclamo del papa a ampliar la labor de las parroquias con los que lo necesitan, la iglesia de Santa Anna de Barcelona se ha sumado a su petición. Hemos charlado con Victoria Molins, una de las monjas teresianas impulsoras de esta decisión.
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La parroquia de Santa Anna abre sus puertas a las personas sin hogar
Tras cruzar la puerta de este templo se aprecia una imagen inusual. Sobre los banquillos hay colchones, a su alrededor hay gente jugando al dominó y la gente puede comer como si se tratara de un comedor. Cuando Molins y dos sacerdotes pensaron en abrir sus puertas no imaginaron que llegarían a acudir más de 100 personas por noche.
La parroquia de Santa Anna se sumó así a la filosofía del Padre Ángel y al reclamo del papa de abrir el espacio de culto a la acogida. "Si los cristianos no abrimos las puertas de nuestros templos, ¿para qué sirven las iglesias?", decía ante las críticas de este tipo de iniciativas por parte de la comunidad cristiana.