Cuando se llama éxito al fracaso
Una sociedad cuya juventud no puede seguir el paso, en la que se rezagan precisamente los que han de tomar el relevo, está enferma de gravedad
Madrid
Cuando se le ha dado a los resultados económicos el valor de bálsamo de Fierabrás, de curalotodo, de gran apósito que nos oculta la podredumbre de la corrupción o la gangrena de la fractura territorial, esos datos económicos tienen que relucir como soles, o al menos no esconder monedas falsas. Pero el resumen contable del Gobierno Rajoy, que pasea triunfal por España y por Europa, las esconde, ya lo creo que sí, y ayer salieron a la luz.
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La encuesta financiera del Banco de España confirma realidades sangrantes que se hacen más sangrantes cada día. En 2011 un 1% acumulaba el 17% de la riqueza nacional, que ya era mucho, pero hoy acumula más, acumula el 20%. El crecimiento posterior al crack ha beneficiado a las rentas más altas pero las más bajas siguen cayendo. Y lo que es más desesperanzador, los grandes golpeados continúan siendo los jóvenes. El número de hogares jóvenes de menos de 35 años pasó del 13% al 9% durante la crisis. O sea, que cada vez es más difícil construir un proyecto vital.
Una sociedad cuya juventud no puede seguir el paso, en la que se rezagan precisamente los que han de tomar el relevo, está enferma de gravedad. Y un gobierno que se atreve a alardear de los resultados de una política económica que produce estos efectos, un gobierno que llama éxito a este fracaso, es un gobierno anquilosado, con un conformismo pequeñito, de viejos, del ahora mismo, decadente, que ni sabe soñar ni permite que los demás sueñen.
Iñaki Gabilondo: 'Cuando se llama éxito al fracaso'
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