Volkswagen: La Comisión mira para otro lado…
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GETTY
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Madrid
La Comisión Europea ha dado un tirón de orejas a algunos países, entre ellos Alemania y España, por no abordar el fraude de Volkswagen como consideran. No está mal el toque de atención a ciertos países que, es verdad, han movido pocos hilos para que se sancione al fabricante de coches y se hagan valer los derechos de los consumidores. Una víctimas que ven como sus coches no tienen ciertas cualidades que se les prometieron por contrato y cuyas reparaciones no les garantizan, ni mucho menos, que el vehículo vaya a quedar igual. Por ejemplo, ¿consumirá lo mismo? ¿Tendrán las mismas emisiones que les dijeron? Parece que no. Y lo que es peor: el valor real de sus vehículos se conocerá cuando estos coches afectados entren en el mercado de segunda mano…
Y es curioso que sea ahora cuando la CE reprenda a los países cuando el escándalo se conoce desde hace muchos meses. Cuando la propia marca ha reconocido su fraude desde casi el inicio. Cuando sus directivos llevan muchos meses "peleando" con diferentes autoridades americanas para buscar una solución que ya se ha traducido en unas indemnizaciones que, sospechosamente, no quieren dar a los conductores europeos que han sufrido los mismos daños y perjuicios que los americanos...
¿Tendrá algo que ver con la presión que allí ha sufrido la marca? Desde las autoridades de industria hasta las de consumo… ¿Tendrá algo que ver con la nula “presión” recibida en Europa? Es verdad que allí protegen paralelamente otros intereses – los de su propia industria del automóvil –, pero no es menos cierto que han demostrado firmeza desde el primer día para que sus usuarios Volkswagen no fueran doblemente engañadas: coches con unas propiedades diferentes a las que les prometieron y, además, que no se les indemnice por ello.
Es verdad que las competencias para sancionar las tienen los países, pero no es menos cierto que la Comisión tampoco se ha esforzado mucho, por no decir nada, por abordar el problema desde el minuto uno, buscar salidas para todos los afectados europeos, unificar criterios entre los países miembros, forzar a la marca a otra solución que no sea, como hasta ahora, la de mirar para otro lado.
Y esta postura de ahora hace pensar si estamos hablando de una "pose" más que de una verdadera preocupación sobre el problema que no deja de ser una "patata caliente" por lo que Volkswagen representa en la industria automovilística y, muy especialmente, en la economía alemana y europea. ¿O es que ha primado por encima de otras muchas consideraciones el perjuicio económico que podría originar un "varapalo" a la marca alemana? ¿Os estamos ante un ejemplo más en los que la Comisión parece haberse plegado a otros intereses, como en el rooming, los derechos de los consumidores en los vuelos aéreos o lo que podría llegar con la retroactividad o no para que los miles de afectados españoles por las cláusulas suelo?
Todo parece indicar que únicamente serán los jueces los que, en su momento, determinarán los daños y perjuicios a los consumidores y, en su caso, las indemnizaciones correspondientes a cada uno de ellos. Pero no deja de ser triste que, una vez más, Europa mire para otro lado… Porque, para mí, sigue mirando descaradamente para otro lado.