Operación diálogo en Cataluña

Madrid

 Hace 25 años, bajo el mandato de Boris Eltsin, se desintegró la URSS. Un acontecimiento histórico, en la estela de la caída del muro de Berlín dos años antes, que cerró definitivamente el siglo XX. Hoy, Vladimir Putin domina Rusia desde el autoritarismo, sobre la base de la nostalgia de la gran potencia. Ganar la guerra de Siria para Assad es su última hazaña. Putin sólo entiende la política como relación de fuerzas. Y busca la imagen de una Rusia poderosa en el mundo para contrarestar el malestar cotidiano de los rusos. Y Europa deja hacer, impotente.

Operación diálogo en Cataluña, es la estrella mediática del momento, impulsada por el gobierno. En política imponer el lenguaje es tan importante como tomar decisiones. Saénz de Santamaría dice que va a hacerse imprescindible en Cataluña, en un gesto de marginación de hecho del PP catalán. Y el gobierno catalán responde convocando una cumbre el día 23 para la preparación del referéndum de autodeterminación de otoño de 2017. El pulso continúa. ¿Se pasará de la música del diálogo a la letra negociación real? El gobierno especula en que las dificultades del sobernanismo para cumplir su calendario hacia la secesión le fuercen a buscar una salida. Pero hay una enorme desconfianza mutua a superar para que le negociación se haga carne.

El Papa Francisco no se anda por las ramas. Desinformar, calumniar al adversario político, es embrutecer a la gente, es caer en la enfermedad de la coprofilia. Lo ha dicho en un mensaje a los medios de comunicación y ha subrayado que la responsabilidad de los informadores es muy grave porque la gente tiende a la coprofagia. Es decir, La porquería si se propaga, cala.

Dice el filósofo francés François Julien: la democracia consiste en tratar a los ciudadanos como sujeto. El problema es que en las democracias actuales a lo sumo se les trata como individuos, casi nunca como miembros de una comunidad de sujetos.