El ombligo francés

Madrid

Algo seguro se anuncia en el incierto 2017. Francia no sólo se mirará el ombligo, sino que como los niños pequeños hurgará en la cavidad umbilical para sorprenderse de su sensibilidad en forma de ligero pinchazo. La victoria de François Fillon en las primarias de Los Republicanos, aupado por la burguesía católica de provincias, augura una campaña centrada en el patriotismo frente a una Europa dominada políticamente por Alemania; a un nacionalismo rozando el proteccionismo económico frente a la globalización; y a unos valores religiosos que entran en contradicción con el laicismo pero confortan frente al radicalismo terrorista. La izquierda, dividida y desacreditada por el ejercicio del poder que ha hecho Hollande, tendrá difícil modificar el terreno ideológico de confrontación aun encontrando un candidato creíble en unas primarias que se anuncian fratricidas. Un Presidente contra su primer ministro. Un duelo inédito en la Vª República.

La alcaldesa de Lille, la socialista Martine Aubry, ha calificado a Fillon como “un hombre arcaico y reaccionario”. Marine Le Pen se presenta como moderna y revolucionaria. Y a los votantes de izquierdas solo podría quedarles la opción de abstenerse mirando cómo crece el ombligo nacional.