Un arma accesible y efectiva

Madrid

No es frecuente que un empresario se decida a denunciar las prácticas de explotación laboral en su propio sector. Es lo que ha hecho el presidente de la cadena AC de hoteles, Antonio Catalán, en un foro económico celebrado ayer en Málaga. Según Catalán, ha sido y es práctica normal que los hoteles despidan a las camareras de piso que tenían en fijas en nómina para volverlas a contratar después a través de una subcontrata y con menos salario.

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Todo el mundo sabe que eso ha sucedido y sucede en el sector de hostelería y en otros sectores económicos y que eso es posible porque la reforma laboral hizo tan barato el despido que muchos empresarios pensaron que era una estupenda ocasión para aumentar sus ganancias. La novedad es que sea un empresario el que considere que se trata de una canallada, una explotación laboral pura y dura, “lo digo con todas las letras”, aseguró Antonio Catalán. Según este empresario, el sector de la hostelería no es precisamente un sector de tecnologías avanzadas, sino que sigue necesitando una mano de obra especializada y formada. Y eso no es posible si se pretende pagar a la gente salarios tan bajos como los que se están pagando hoy día: eso es malo para el producto y para la imagen, sostiene Catalán.

Al depender de subcontratas, afirma, los trabajadores dejan de estar cubiertos por un convenio colectivo que garantiza unos 1000 euros de sueldo para cobrar poco más de 600 y eso, trabajando seis días por semana. ¿No sería posible llevar al señor Catalán al Congreso de los Diputados para que explique a la bancada popular y a la ministra de Trabajo como están las cosas?