¿Por qué no han guardado un minuto de silencio?

Madrid

Días como hoy, con la muerte de un personaje como Rita Barberá, ponen a prueba nuestras capacidades en la expresión del dolor, de la crítica o del elogio al difunto, incluso nuestra pericia en el manejo del difícil humor negro. Está bien en estos casos guardar un minuto de silencio y reflexión antes de escribir o de hablar. Pero, como se podía prever, algunos se han desmelenado en las últimas horas.

Sea homenaje o mero gesto de respeto, quizás el Congreso tendría que haberse tomado un minuto antes de hacer un minuto de silencio por una persona que nunca fue diputada. Y un minuto se debían de haber dado los diputados de Unidos Podemos antes de no secundarlo, como han hecho, por cierto, sus senadores que sí se han sumado al duelo. También un minuto se tenían que haber concedido algunos dirigentes populares antes de caer en el ridículo de elogiar hoy como mito del partido a quien ayer ni nombraban porque ya no era del PP. Y unos minutos nos daremos nosotros antes de calificar a quienes, desde Rafael Hernando al ministro de Justicia, han situado la muerte de la senadora como consecuencia natural de la “persecución, cacería y linchamiento” que ha sufrido. Olvidan estos individuos que no han sido los periodistas sino la policía y los jueces los que llevaron a Barberá ante el Supremo. Ni sus rivales políticos quienes la apartaron del PP y de su grupo parlamentario en el Senado.