Las lentejas de Merkel
Solo nos queda Merkel. Obama lo vino a decir el en su gira de despedida y buena parte de los países europeos acoge con alivio la decisión de la canciller de volver a presentarse
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German Chancellor Angela Merkel arrives to deliver a speech at a summit of the Federal Association of the German Tourism Industry (BTW) at the Adlon Hotel in Berlin, Germany, September 26, 2016. Senior German CDU party sources say on November 20, 2016 tha / HANNIBAL HANSCHKE (Reuters)
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Madrid
Solo nos queda Merkel. Obama lo vino a decir el otro día en su gira de despedida y también por esa sencilla razón, buena parte de los países europeos acoge con alivio la decisión de la canciller de volver a presentarse por cuarta vez consecutiva. Y eso que los países del sur han sufrido en sus exhaustas finanzas el empecinamiento de Alemania en mantener las políticas de austeridad.
A esa crisis, se suma la de los refugiados procedentes de Siria. La generosidad, en este caso, de Merkel provocó un efecto llamada que se ha traducido en una anulación de los acuerdos de Schengen; una fractura con algunos de los nuevos socios del Este que han demostrado ir por libre y un acuerdo de contención con Turquía, cuyo Presidente está aprovechando para achatarrar la democracia con el silencio cómplice de la Unión. También ha aportado combustible a los partidos xenófobos, incluso en la propia Alemania.
La salida del Reino Unido; la debilidad de Francia tras los atentados y la victoria de Trump dejan a Merkel en una soledad que la convierte en imprescindible. Son lentejas, solo queda ver si los alemanes se las comen.