Piel de elefante
Josep Ramoneda opina sobre la visita de Rajoy a Berlín y los nuevos nombramientos de Donald Trump
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El dietario de Ramoneda: Piel de elefante
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Barcelona
Merkel no ha otorgado galones a Rajoy en su retorno a la escena internacional, pero si le ha regalado piropos. “Mariano en Alemania diríamos que tienes la piel de elefante”. Un elogio envenenado, como no podía ser de otra manera viniendo de la tímida socarronería de la canciller alemana. Piel de elefante, quiere decir resistente y efectivamente la capacidad de Rajoy para ver cómo sus adversarios, internos y externos caen, y él sigue allí está fuera de toda duda. Y en esto se parece a su anfitriona. Pero piel de elefante también quiere decir insensible, impermeable a los estímulos externos. Y también de ello Rajoy ha dado muestras más que sobradas. No se puede negar que Angela Merkel es perceptiva.
Cosas razonables. Mariano Rajoy en Berlín ha dado otro recital de sui concepto preferido, necesitamos un núcleo de países en que las cosas se vayan haciendo de forma razonable. Lo que debemos hacer son cosas que sean razonables. Lo p reocupante es que Mariano Rajoy considere razonable colocar a toda costa en la gama salarial alta del parlamento, para agradecerle sus servicios prestados, a su amigo Fernández Díaz, reprobado por la cámara.
¿Qué se ha hecho del viejo gran partido republicano de Abraham Lincoln? Después de la victoria de Trump, se dijo que el partido sería la garantía de contención de sus excesos, pero de momento el presidente electo está reclutando en su club de fans a quienes tienen que dirigir puestos como consejero de seguridad Nacional, Michael Flynn, fiscal general Jeff Sessions y director de la CIA, Mike Pompeo, el azote de Hillary Clinton. Primero, Gringich, después el Tea Party y ahora Trump han arrinconado a la vieja aristocracia republicana, al señero conservadurismo de personajes como Eisenhower o Bush padre, hasta llevar el partido al horterismo y la astracanada, el revanchismo y la insolencia. Y es la primera potencia mundial. Dios nos coja confesados.