Paralelismos
La prédica de Trump parece calcar algunos modelos de infausto recuerdo. Grandeza de la patria, progreso para todos, inversiones multimillonarias en obras públicas, con el añadido de xenofobia
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Madrid
El mundo entero trata de adivinar el alcance del fenómeno Trump. Hay quien encuentra paralelismos a lo que ocurre con lo vivido en los años 30 y traza pronósticos sombríos. Del estupor de hoy, como del miedo de entonces, dicen, se sale por el mismo sitio, por la búsqueda de líderes providenciales que prometen soluciones muy sencillas y horizontes luminosos.
La prédica de Trump parece calcar algunos modelos de infausto recuerdo. Grandeza de la patria, progreso para todos, inversiones multimillonarias en obras públicas, con el añadido de xenofobia, el racismo y el “nosotros liberales”, nosotros por encima de todo, o aquel “le frontiere non si discutono: si difendono” (las fronteras no se discuten, se defienden), de resonancias inquietantes.
Otros piensan que eso es exagerado. Le cuadran mejor otros paralelismos sin pizca de gracia pero más inofensivos, como Berlusconi y Jesús Gil. Pero yo me pregunto si el miedo, el estupor, nos condenan de modo inexorablemente a elegir salidas que nos degradan. Creo que no, porque es cierto que del crack del 29 surgió Hitler, pero de ese mismo crack del 29 surgió también Roosevelt. ¿Estamos condenados al infantilismo, al aplastamiento del populismo de baja estofa, a la sustitución de la reflexión por los hipos 2.0? ¿La gran política se ha rendido?
Iñaki Gabilondo: 'Paralelismos'
01:14
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