El listado de mi hija
Habla de “los niños”, pero ya no se siente parte de ellos
Madrid
Mi hija ha copiado una lista de países; de vez en cuando, después de las noticias, subraya alguno de ellos y dice:
-No podemos ir a Haití.
O
-No podemos ir a Siria.
El listado aumenta, y ella añade nombres con un frunce entre las cejas que se asoma cuando está concentrada. Ha cumplido trece años y se encuentra en una orilla extraña. Habla de “los niños”, pero ya no se siente parte de ellos. A menudo se enfurruña y estalla en berriches. Se comporta como una dictadora con su hermano. Quita, enano, le dice, mientras le empuja en el baño. ¿Por qué estás siempre por medio? ¿Por qué no seré hija única? -le espeta a la pobre criatura, que no comprende nada.
A él no le dejamos ver las noticias, pero a menudo se escapa alguna imagen, una de las que los padres vemos con el corazón encogido a veces, pero las más con cierta indiferencia, con irritación. La vida es complicada de por sí, me ha subido el colesterol, nos toca ir a un cumpleaños cada semana y no hay sueldo que soporte ese ritmo, se acerca Navidad y notaremos la falta del abuelo. Esos problemas que sobrellevamos como podemos, y que nos avergüenzan cuando vemos cayucos, niños al otro lado de alambradas, ciudades en ruinas. El listado de mi hija aumenta. Y a veces, tras ver los ojos dilatados de pánico de esos niños en la televisión, se acerca a su hermano, le mira jugar y le dice, con la voz cargada de cariño¿Qué haces, imbécil?