No sé quedarme a medias
Grave error explicarle a la Tana la nueva moda sexual basada en no perpetrar coito alguno., el 'king out'.
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Getty Images
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Madrid
Sola en tu casa, más aburrida que un hongo. Tres veces has escuchado ya el disco de Pink Martini y lo que de verdad te apetece es que te saquen a pasear y te pongan una pica en Flandes. Me da igual cómo lo llames. Yo, que no soy muy amiga ni de anglicismos ni de eufemismos, a esto solo puedo llamarlo ganas de que me metan mano. Ganas de que aparezca de debajo de las piedras, quien menos te lo esperas. Qué bueno tirar de agenda y salir del apuro. Con la A, un par de Alejandros, un Adrián, dos Adolfos y un Aitor. Una Alicia, cuatro Anas, ¡Uy! Se me escapa este Alberto que no estaba mal. Qué habrá sido de este Antonio al que siempre llamaste Toni. En la B hay mayoría femenina si no fuera por Bernardo que es de los que acarician la pierna por debajo de la mesa. No vas a necesitar ni avanzar una letra más; ya tienes tres candidatos a dejarse seducir por la remota posibilidad de guarrear lo vuestro.
Lo bueno de las redes sociales es que te ponen en bandeja el polvo rápido. Revisa tus mensajes directos de twitter, los privados de Facebook o recuerda que te abriste una cuenta en Tinder cuando te dijeron tus amigas que no paraban de follar con perfectos desconocidos. Pasas de puntillas por los compromisos. O al menos lo intentas. Que no tenga que ser demasiado serio, que no se crea que vas a ser la mujer de su vida, que no espere ningún proyecto de vida en común porque bastante tienes con lo tuyo. Estar juntos y hacerse compañía, manosearse como adolescentes que aún no quieren follar. Brindar por la cándida adolescencia y volverse a casa con la sensación de no haber perdido la tarde embruteciéndote frente al televisor.
No sé si voy a saber controlar el más mínimo calentón. No sé si soy de ese tipo de mujeres que pueden quedarse a medias. Pero si lo consigues, soy tuya. Tampoco seré de las que le ponen diques al mar. Avisado estás.