Fábula
En una región remota de la India vivía un anciano sabio que tenía tres hijos y una yegua
Madrid
En una región remota de la India vivía un anciano sabio que tenía tres hijos y una yegua. De los tres hijos, el único que le daba problemas era el menor, que no atendía a sus súplicas ni a sus consejos. De la mañana al día, haraganeaba, desaparecía de casa y regresaba únicamente para comer el arroz de la cena, y dormir a pierna suelta.
- Más me valía haber tenido dos hijos y dos yeguas -se lamentaba el pobre sabio.
En realidad no era un sabio: era una pobre viuda, también sabia, pero por la vida y la experiencia. Lo de los tres hijos sí lo mantengo. Y que el hijo menor era un zángano también.
Entonces, un día, la paciente viuda invocó a los dioses, y les suplicó ayuda. Cuando el díscolo hijo menor llegó esa noche a casa, se encontró con que todas sus pertenencias habían desaparecido, su habitación se encontraba vacía y en el dintel de la ventana una nota garabateada decía: sigue al pie de la letra las instrucciones o nunca recuperarás tus cosas.
La viuda miraba con ojos tristes al hijo desobediente, afligida porque los dioses hubieran tenido que castigarle de esa manera. Pero entonces, para su sorpresa...
-Mamá ¿qué rollo me estás soltando?
- Es una fábula, cariño.
-¿Y a dónde quieres ir a parar?
-¡Que recojas tu cuarto de una vez, que cualquier día te lo tiro todo por la ventana!